La ira, esa pasión arrebatadora, esa furia que de vez en cuando nos convierte en auténticas fieras. Aparentemente somos personas como los demás y ante un pequeño estímulo o una provocación, nos convertimos en auténticos salvajes.
La persona se representa como un monstruo al mostrar su rabia al mundo. Se enfatiza el hecho de que las cejas marcan la expresión de la cara en ese momento, ya que parece que aumentan de tamaño.

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