Al mirarla, en su exterior, todos veían a aquella niña dulce, tierna y llena de bondad.
Ella se miró en el espejo y sólo vio su alma oscura, quemada y llena de dolor. No había orden en su vida, aunque para los demás todo estaba perfecto.
Su padre al intentar ocultar la ropa interior olvida que su hija yace en el suelo, llena de sangre, desnuda y con el alma rota.
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